sábado, 26 de enero de 2019
Minero asturiano
Esta es la viñeta de hoy de Idígoras en el Diario Sur.
Hoy, esta viñeta la entienden todos los malagueños, todos los españoles y una buena parte del mundo.
En mis esfuerzos por aprender alemán, veía hace un par de días la noticia del rescate en un periódico alemán. No es que pudiera entender mucho, pero la foto era inequívoca. Eso y algunas palabras sueltas.
Se ha rescatado el cadáver después de casi 13 días. Todos sabemos que un ser humano puede aguantar unos cuantos minutos sin respirar, unos pocos días sin agua y más de una semana sin comida. Cada pocos años somos testigos de un milagro, un niño, una mujer, a veces ambos, ... son rescatados una semana después del terremoto. Más de 8 ó 9 días es complicado. Muchas veces nos indignamos al saber que se paran las labores de búsqueda de supervivientes para centrase simplemente en el desescombro.
Se ha rescatado el cadáver después de casi 13 días y sabemos lo que sospechábamos, que la muerte fue casi inmediata. Era imposible que tuviera comida, agua o incluso aire. Un tapón de tierra por encima de su cabeza y, presumiblemente otro por debajo hacía recelar mucho de las posibilidades de supervivencia, mucho menos tras tanto tiempo. Pero había que intentarlo. No se podía no hacerlo.
Luego vendrá (ya estamos en ello) la investigación y si esos metros de tierra por debajo se debían a escombros que habían tirado y si la arena compactada por encima eran escombros que seguían tirando. Tampoco es que importe mucho. El crío estaba condenado desde el momento en que inició su caída.
Los que no estaban condenados sino que podían elegir, los que no estábamos condenados, sino que podíamos elegir, éramos los que quedábamos vivos. Los que veíamos, los que escuchábamos, los que leíamos noticias. Y junto a esos los que las fabricaban.
Me ha gustado el tratamiento, en general, que he visto en prensa y en radio. Quedaban lagunas que yo esperaba que se resolvieran una vez haya pasado todo. Teorías que podías discutir en privado pero ni se te ocurría iniciar una cadena por Whatsapp con información no contrastada.
Y frente a lo normal y a lo malo, lo excepcional. La gente se ha volcado, el pueblo pero también las autoridades. Expertos mineros, expertos guardia civiles en explosivos, expertos en excavaciones ... Gente que ponía en riesgo su vida para arrebatarle brevemente el cuerpo a la tierra solo para devolvérselo unas pocas horas después.
En particular "los mejores mineros del mundo" leía yo en otro periódico. Pensé en qué se basarían para decir que eran los mejores mineros del mundo. Pero lo pensé brevemente porque lo de mineros era solo un matiz. Eran los mejores a secas. No puedo imaginarme si yo tuviera que bajar a un agujero de 70 metros de profundidad para ... llorar. No sé si ellos lloraron, yo lo hubiera hecho seguro.
No sé si ellos lloraron. No sé si los héroes lloran siempre. Posiblemente muchas veces no. No importa si lloraron. Espero que al menos hoy venzan el cansancio y duerman con la satisfacción del trabajo bien hecho. Los que dormiremos deseando ser mineros asturianos en una próxima vida damos fe de ello.
Un saludo, Domingo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario