sábado, 5 de enero de 2019

La cueva de los murciélagos

Ayer estuve en la Cueva de los Murciélagos. Nunca había oído hablar de ella a pesar de que está "al lado" de casa. Al menos todo lo al lado que una hora y media de coche puede estar. En esta vida todo lo relacionado con la astronomía, con la historia, con circunstancias que ocurrieron hace miles de años nos enseña a ser humildes. En este caso, una formación kárstica que incluye estalagtitas, estalagmitas y columnas de varios metros así como auténticas formaciones naturales que parecieran salidas del ingenio humano así como pinturas (modestas pero pinturas) rupestres, restos fosilizados de hace miles de años ...

Y mientras nosotros nos preocupamos por temas relacionados con el ahora, con no perdernos lo que haya podido publicar alguien en Twitter, por la inmediatez más inmediata. La inmediotez, diría yo. El año comienza con nuevas experiencias que anuncian otras nuevas. Con esperados cambios en el trabajo, con anhelos y sueños de otros tiempos que reverdecen. Hasta el colágeno de por las mañanas parece que está sentándole bien a los tendones rotulianos.

Eso sí, las clases de pádel todavía tienen mucho margen de mejora. Ayer volví a jugar tras un mes en el que solo había estado dando clases y lastrado también por los problemas en las rodillas y la mejora la he notado más en sensaciones más que en el juego.

Por el momento, el 2019 empieza muy bien.

Un saludo, Domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario