sábado, 9 de marzo de 2019

El poder de la reclamación

Esta semana recordé que todavía no había recibido ninguna noticia de la cancelación registral así que pregunté. La respuesta fue la misma que hace un mes. Es decir, tres meses después de iniciar un trámite que solo debe llevar dos o tres semanas, un mes a lo sumo, todavía no sabía nada. Me dijeron que seguía "incidentado" y que al día siguiente llamarían a la sucursal para ver cuál era el problema.

Contesté que la situación no me parecía de recibo y que quería poner una reclamación. Entonces me pidieron esperar al día siguiente para aclarar cuál era el problema con el fin de no tener que presentar la susodicha reclamación. Todo esto, por correo electrónico, he de decir. Me prometieron mantenerme informado de cualquier avance y le dije que esa era la respuesta que hubiera esperado hace un mes cuando pregunté por primera vez. Le dije que la única respuesta que iba a admitir al día siguiente era cuándo recibiría la documentación. Me volvieron a repetir que al día siguiente llamarían a la oficina y en eso quedó la cosa.

Por la mañana, me llamó la directora de la sucursal donde tuve la cuenta que cancelé, precisamente, por el mal trato recibido. Me dijo que el problema era que yo no había enviado la nota simple actualizada. Contesté que estaba 99,9% seguro de que sí lo había hecho pues recordaba que el comprador me la había enviado por Whatsapp y reiteré de nuevo que el trato, tanto por parte de la oficina como por la gestoría era nefasto. Me dio como opciones que ellos pidieran la nota simple pero me dijo que me saldría más barato si lo hacía yo. En ese momento contesté que, después del trato, lo mínimo que debían hacer unos u otros era pedir la nota simple ellos pero que estaba tan harto de tratar con la entidad que lo único que quería era que aquello se acabara y que solo quería hablar con la gestoría, no con la oficina. Me dijo que quería estar al tanto para asegurare de que se solucionaba la situación y de que enviaría un correo tanto al gestor como a mí.

Acabada la conversación miré el correo en el móvil y pude ver que, efectivamente, había enviado la nota simple hacía más de tres meses. Recibí el correo de la directoria diciendo que habíamos aclarado que faltaba la nota simple y que yo la enviaría. A dicho correo respondí que había comprobado que la envié hacía más de tres meses (les cité el correo incluyendo la fecha) y si no les valía, era por su culpa por lo que no iba a enviar ninguna más. Pedí hojas de reclamaciones tanto a unos como otros.

Me contestaron que ya la habían encontrado pero que me habían dicho en su momento que no se veía bien los ficheros al imprimirlo. Motivo que, imagino, consideraban suficiente para echarme a mí la culpa de la espera y la falta de comunicación. Ese correo, a su vez, me hizo recordar y así se lo dije. Efectivamente me llamó la señorita de nombre inglés hacía tres meses para decirme que no se veía bien al imprimirlo. En aquel momento le transmití que las imágenes se veían perfectamente tanto en móvil como en ordenador y que pidiera a alguien de soporte informático que se lo imprimiera si ella no sabía. Comentó que estaba muy ocupada y no podía ponerse a hacer pruebas y yo respondí que en ese caso lo enviara tal cual por correo electrónico a la gestoría y que fueran ellos los que lo solucionaran.

Para acabar, volví a reiterar que quería poner la reclamación tanto a la oficina como a la gestoría. Me dijeron que tenía que ir a la oficina y pedir allí las hojas de reclamación. Como no quería ir a la oficina, lejos de donde vivo, llamé al número gratuito de la oficina de consumo y me dijeron que podía rellenarla online y enviar una copia certificada al establecimiento. Lo comenté por correo con la directoria y pedí que me enviaran la dirección y persona de contacto para enviar el correo certificado. Lo hicieron y, poco después, me comentó que la gestoría solo podía tratar con la oficina y que le habían pedido que les enviara a ellos la nota simple y ellos la enviarían a la gestoría.

No sé si decir que era lo que había estado esperando, pero casi. Yo no tengo ningún vínculo, ningún producto contratado con la oficina y por lo tanto ninguna obligación de hacer lo que decían. En todo caso enviaría la nota simple a la gestoría y si querían estar al tanto de la evolución, debían llamar diariamente a la gestoría. No recibí ningún tipo de respuesta.

Con respecto a la gestoría, pedí reiteradamente que me enviaran la dirección para la reclamación. Sin éxito. Envié un correo a correo electrónico de información y me respondieron pidiendo más datos para poder saber de qué caso se trataba. Al día siguiente, me llamó el gestor.

Me comentó que si no había pedido la nota simple, que no lo hiciera pues buscarían la forma de que no fuera necesario. Tras manifestarle de nuevo mi decepción tanto con unos como con otros, le dije que no presentaría la reclamación si me garantizaba cuándo recibiría la documentación. En este caso, según parece, firmarán en notario el viernes próximo y debería recibir la documentación a la semana siguiente. Eso sí, le dije que presentaría la reclamación contra la oficina, lo que haré a la primera oportunidad que tenga. La directora se alegrará porque, según me dijo, hacía falta más gente como yo que presentara reclamaciones para que las cosas funcionaran mejor. No sé si era parte de la respuesta enlatada o si era ironía. En cualquier caso no me importó. Con su pan se la coma la buena mujer.

No sé qué es una mayor pena si tener que las cosas solo se muevan a base de amenazas de reclamaciones o que cuando no solo amenazas sino que las presentas, nada cambie.

Un saludo, Domingo.

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